Ahí están: quietos, impasibles, desafiantes. Llevan más de cien años observando lo que hacen nuestros políticos en este país; cien años en los que, seguramente, alguna vez les hubiese gustado poder convertir la piedra en tejido vivo y emitir un rugido que se oyera en todo Madrid. Fieles testigos de la política española del siglo XX, mirando como nuestros diputados se pisan a otros por conseguir el poder. Amargo trago para ellos.
Claro está, me refiero a los leones del Congreso de Diputados que coloquialmente reciben el nombre de los héroes del 2 de mayo: Luis Daoiz y Pedro Velarde.
Los únicos oficiales del ejército español que aquel día de hace ya doscientos años, salieron a defender a su pueblo mientras se batía con el invasor extranjero; los que iniciaron una batalla inútil, sabiendo que estaban destinados a la derrota, a la muerte o fusilamiento, porque no podían mirar hacia el otro lado mientras la gente de Madrid era aplastada, asesinada a bayonetazo limpio y aniquilada por el ejército más poderoso del mundo.
Ni el clero, la nobleza, el ejército o la patética monarquía de la época, movió un dedo por la sangre española derramada en nuestras calles. Sólo dos, entre tantos, fueron capaces de rebelarse mientras el resto se escondía en sus enormes y lujosas mansiones.
Y lo único que me planteo a estas alturas, es si nuestros políticos de hoy en día son conscientes de saber quiénes les están mirando cuando llegan a la Carrera de los Jerónimos y si intentan comportarse con tal honor, valentía y entrega como el representado por esos dos leones de bronce. Cosa que dudo, pero bueno.
Nota: los que no hayan huido hacia la playa y se hayan quedado en la capital, que no se pierdan lo programado para el bicentenario del dos de mayo este año.
1 comentarios:
D. Luis Daoiz y D. Pedro Velarde
¡¡¡PRESENTES!!!
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