La ultima carga

miércoles, noviembre 05, 2008

Guerra civil española, el 15 de diciembre de 1937 el bando republicano desencadena una dura ofensiva sobre la ciudad de Teruel, tras casi dos semanas de intensos combates cae la ciudad en manos de la república, se había iniciado la “Batalla de Teruel”.
Si bien para el bando nacional la pérdida de la ciudad no fue en absoluto significativa en el plano estratégico, pero el alto mando recogió el guante y aceptaron el reto; Teruel acababa de convertirse en un objetivo simbólico de suma importancia para la moral de la tropa.

Tras la caída de la ciudad, el alto mando republicano creyó que la con acción inicial había sido suficiente para disuadir cualquier contraataque, especialmente una vez consolidada la zona y contando con las unidades republicanas perfectamente atrincheras.
No obstante el 17 de enero de 1938 el ejército nacional inicia una contraofensiva.

La estrategia ideada por los generales del ejercito nacional, era empujar al enemigo fuera de sus posiciones iníciales, y arrinconarlo en las proximidades del rio Alfambra.
Y efectivamente así fue, entre el 5 y 7 de Febrero de 1938 la 5ª División del ejército nacional logra una ruptura en el centro del frente de Teruel. Las líneas republicanas quedan rotas, y las unidades enemigas quedan embolsadas según lo previsto en una zona cerca del rio.
Para taponar la brecha en las líneas del frente, acuden como refuerzo las brigadas republicanas nº 104, de la 27 División y la nº 22, perteneciente a la 39 División, provistas con todo tipo de armamento (incluidos tanques soviéticos).
Falto poco para que lograsen contener el avance nacional, pero fue ahí cuando se produce una heroica e impensable acción de guerra que cambia el curso de la batalla.

3.000 jinetes al mando del General Monasterio perteneciente a la 1ª División de Caballería del Ejército Nacional, se lanzan a pecho descubierto contra las posiciones enemigas en una épica carga de caballería… sin tanques, sin blindados.

El impacto psicológico en las filas republicanas debió ser brutal. Sinceramente es difícil ponerse en la piel de un soldado republicano situado en primera línea de batalla, y observar como 3.000 tíos a galope tendido se lanzan sobre ti, sin que los disparos de la artillería y fusilería puedan pararlos. La confusión y el terror causaron estragos en las líneas republicanas, la desbandada parece ser que fue total.
Tras la carga de la caballería, el frente quedaría definitivamente roto y la batalla de Teruel, caería del lado Nacional a los pocos días.
Acababa de producirse la última carga de la caballería Española a la vieja usanza, algunos califican la acción como la última batalla “romántica” de la historia de la caballería.

Siendo justos y realistas, fue la última carga del ejército español, pero aun habría otros episodios similares en distintas guerras. Como en la segunda guerra mundial con el ejército Polaco y Ruso como protagonistas. Incluso más recientemente en la década de los ochenta, recuerdo estremecedoras imágenes de combatientes de la Alianza del Norte durante la guerra de Afganistán, enfrentándose a caballo contra las potentes fuerzas mecanizadas de la antigua U.R.S.S.