Desde que fuera conquistado en 1848 por el General Serrano, las Islas Chafarinas han sido objeto de múltiples anécdotas y pequeñas historias. Refugio de ladrones y piratas en la antigüedad, inspiración para novelas juveniles, a escasos metros de la costa africana, ahora es una Reserva Nacional con una gran suma de endemismos y se localiza una pequeña guarnición militar perteneciente al Cuerpo de Regulares del Ejército Español.
Chafarinas, una pequeña joya de la naturaleza.
Y ahí, precisamente, en este diminuto archipiélago, se desarrolló una revolución islámica dentro del seno del ejército español; o lo que queda de él:
Los soldados musulmanes estaban disconformes con que su superior los hiciese madrugadar demasiado un domingo - día de descanso cristiano, no musulmán - como castigo ante la sustracción de diversos objetos de valor. Ellos, de nacionalidad española pero de religión islámica, decidieron por sí mismos que era un trato indignante estar a las ocho de la mañana arrancando malas hierbas y que el cabo de turno se estaba excediendo en sus órdenes; eso, y que luego éste denominara el particular motín como revolución islámica, armaron en cólera a varios soldados que no soportaron ese trato indignante.
Lejos han quedado las épocas en que un ejército era eso: un ejército, no un cuerpo para acciones humanitarias y misiones de paz, y donde la palabra autoridad era ley a cumplir obligatoriamente sin ninguna dilación; y más remoto parecen, aquellos años en los que formar parte del ejército español era signo de orgullo y valentía y nadie se quejaba por tener que agacharse a arrancar cuatro malditas hierbas.
Los miembros de esta particular revolución islámica han sido expulsados del cuerpo y tienen que cumplir su correspondiente pena, pero no podemos olvidar que una tercera parte de las tropas de Ceuta y Melilla procesan dicha fe; ni, tampoco, el incorporar los algodones para mentes sensibles para los próximos reclutas. A ver si un sargento no va a ser políticamente correcto y la tropa se le va a subir a la chepa otra vez.
Los miembros de esta particular revolución islámica han sido expulsados del cuerpo y tienen que cumplir su correspondiente pena, pero no podemos olvidar que una tercera parte de las tropas de Ceuta y Melilla procesan dicha fe; ni, tampoco, el incorporar los algodones para mentes sensibles para los próximos reclutas. A ver si un sargento no va a ser políticamente correcto y la tropa se le va a subir a la chepa otra vez.
1 comentarios:
Pues estamos apañados, somos pocos, cobardes y los que quedan son fiables moritos...
El ultimo que apague la luz.
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