Un arma secreta

viernes, octubre 26, 2007


"Siempre dijimos tener un arma secreta en nuestra lucha contra los árabes: el no tener alternativa."


Golda Meir 1898-1978

Pyidaungzu Myanma Naingngandaw

jueves, octubre 11, 2007

¿Cómo??? Ahh, Birmania. O Myanmar, que significa “país maravilloso”, un nombre ya citado en los escritos de Marco Polo y elegido por la Junta Militar Comunista en el 88 para hacer con el país, pues eso, maravillas. Un país maravilloso fundado hace mil y pico de años como brote independiente nacido de la India oriental.

Ser birmano es vivir en el dolor, justificado por el karma. Y es ser birmano y hablar en birmano, o ser shan y hablar shan, o ser karen blanco o karen negro, o ser mon y hablar pegu, o ser lisu y hablar lisu, o ser chin tedim, o ser khun y hablar en khun y toda una lista larga de eso que los cursis llaman hechos diferenciales. Con tanto colorín podía haber pasado desapercibida la llegada de los mongoles en el siglo XIII o la de los portugueses en el XV, pero la verdad es que no. Los primeros llegaron a avasallar bastante y los segundos a comerciar y saquear un poco la ruta asiática y/o sacarse una plata como mercenarios en los líos tribales del momento, todo dentro de una Historia como tantas otras, llena de invasiones, brutalidad, inocencia, rostros pálidos del oeste, varios intentos de unificación como el del emblemático Alaungpaya y unos británicos a los que su lluviosa isla siempre se les quedó pequeña.




Porque hace ciento y pico de años los ingleses ya andaban por allí para preservar la India y dominar el flanco sur, que quedó así separado del norte. No le sirvió de nada activar el nacionalismo antibritánico y cepillarse a unos cuantos estorbos a la reina Supayalat, una señora rarísima casada con su medio hermano que gobernaba por esos tiempos la parte de arriba. Los europeos, como se veía venir, ocuparon rápidamente la zona restante forzando a la pareja real a salir corriendo hacia la India.

También se presentaron por allá los japoneses dando bastante mala vida hasta que los Aliados y el padre de Aung San Suu Kyi se los quitaron de encima al término de la Segunda Guerra Mundial. Lo malo es que años después todo se fue al garete con la revolución comunista, que como todo el mundo sabe, arregla los problemas allí donde los crea el despiadado pequeño burgués y reparte la pobreza procurando que llegue puntualmente a todo el mundo menos a los que la reparten. A partir de ahí, ya saben. Golpes de estado, otra vez Myanmar por Birmania, otra vez derechos humanos a tomar vientos, torturas, traslados forzosos, tiros de mortero, subidas escandalosas del coste de la vida, etcétera etcétera. Y a ver si se había creído la candidata demócrata Aung San Suu Kyi que le iban a dar la gestión del país con piedras preciosas, opio, petróleo y demás, sólo por la tontería de haber ganado por goleada unas elecciones en 1990.



La revuelta de este mes pasado nos ha traído mas de lo mismo , la represión brutal de sus gentes y de unos monjes que han demostrado lo bien que te va cuando pretendes ser escuchado en un mundo sordo. El presidente español, por ejemplo, ha dicho que aún es pronto para tirar conclusiones sobre este mar de injusticia universal. Usted tranquilo, saque conclusiones cuando quiera. Otros presidentes occidentales ya las han sacado condenando la dictadura mientras que China e India andan por ahí vetando, lo que nos lleva a la ONU, que contundente a tope, ha enviado a un esbirro a pedirle a la Junta Militar que se corte un poquito, que la gente está mirando.

¿Nos olvidaremos del país myanmareño en un par de meses? Sus dictadores no. De momento se protegen entre montañas cerca de China para salir zumbando si llega alguien a poner las cosas en su sitio, que nunca se sabe. Y mientras tanto, cientos, miles de personas esperan hoy por hoy un destino terroríficamente incierto.

La Crónica de atrocidades aquí y aquí .
Actualización con lo último de Burma, también en Spanish Pundit.


Fernando Sánchez Drago en su blog :"Lo más probable es que el Dos de Mayo septembrino de Rangún se quede, como el de Goya, en recuerdo triste de descargas de fusilería y sea el cáncer de páncreas de Than Shwe lo que en último término active, como con la muerte del Caudillo sucedió en España, el proceso de apertura, modernización y transición a la democracia de uno de los pocos países inocentes, pacíficos y amables, por mérito de sus gentes y sus bonzos, que hoy quedan en el mundo".

Aquí resistimos hasta la muerte.

miércoles, octubre 03, 2007

Durante el siglo XVI el expansionismo del imperio turco se hacía notar mucho en casi todo el Mediterráneo. Mas que notarse podríamos decir que asolaron media Europa. Fueron muchas las ciudades a lo largo de toda la costa española, victimas de dramáticos y salvajes ataques, por parte de los piratas musulmanes.
Baleares no fue una excepción a la constante agresión de los turcos, como tampoco lo fue Menorca. Diversos ataques sufrió la pequeña isla desde 1535 y mucha fue la sangre derramada por sus habitantes al hacerles frente, pero lo peor estaba aún por llegar.

En la mañana del 30 de Junio de 1558, aparecieron en el horizonte norte de la isla, 140 velas al mando del Bahà Piali con rumbo a la localidad de Ciudadela.
Sabedores de lo que se les avecinaba, el regente de la Real Gobernación Bartolomé Arguimbau, dio orden de cerrar todos los accesos a la ciudad y mando reclutar a cuanta gente se pudiese de las distintas poblaciones de la isla. La prácticamente inexistente guarnición de la ciudad, inicio de inmediato la fortificación de los puntos débiles de las murallas, ayudados por la población civil, tanto hombres como mujeres.


Mientras unos 15.000 turcos desembarcaban en la costa, para iniciar el sitio de la ciudad, la poderosa artillería de sus naves, abrió fuego constante sobre las defensas de la ciudad.
En aquel momento las defensas de la plaza, consistían en unos 40 soldados castellanos al mando del Capitán Miguel Negrete, los caballeros de sangre noble de la ciudad, y todo civil pudiera empuñar un arma.

Asalto tras asalto enemigo, era repelido heroicamente por los defensores de la ciudad, las bravas mujeres cuando no estaban atendiendo a los heridos, cargando armas, o incluso resistiendo en primera línea de fuego, se encargaban de taponar las brechas de las murallas.
Pocas eran también las piezas artillera que poseía la ciudad, las cuales no pararon de rugir desde las murallas, causando estragos entre las filas de los piratas moriscos.
Pasan las horas, pasan los días y los defensores seguían sin hincar la rodilla, pero la moral sufre un fuerte revés cuando es volado el polvorín. Algunos nobles sugieren entonces al regente Real y al capitán Negrete, abandonar la ciudad amparándose en la noche, pero estos responden que se debe defender la plaza "usque ad mortem" (hasta la muerte).


Tras resistir nueve largos días, el 9 de Julio los turcos consiguieron abrir brecha y penetrar al interior de la ciudad. Una vez más los sitiados intentaron una heroica y desesperada resistencia final. Recompusieron líneas así como pudieron, y fue en la plaza del Borne donde los últimos defensores de la ciudad, plantaron cara a los moriscos hasta su último aliento, haciendo así honor a su juramento, "usque ad mortem".
Las crónicas de la época dicen que literalmente fueron barridos, merced a la superioridad numérica de los turcos.
Ya nada pudo impedir que estos se adueñaran de la población, matando a placer, incendiando templos, casas, y saqueando el lugar durante tres días.
Los piratas musulmanes abandonaron la isla llevándose cautivas unas 4000 personas.
Muy pocos pudieron volver jamás.


Hoy en día todavia preside la Plaza del Borne un obelisco, que recuerda aquel trágico suceso (el año de la desgracia) y lleva cuatro inscripciones lapidarias en latín que rezan lo siguiente:
“Aquí resistimos hasta la muerte, por la religión y la patria, el año 1558”.